💙 Vivir la vida a tope… con DT1
Sí, mi páncreas está fuera de servicio, pero yo no.
Tengo diabetes tipo 1 desde los 20 años. Y enseguida supe que seguir las recomendaciones médicas al pie de la letra… no era para mí.
Me mandaban comer más hidratos de los que comía antes de tener diabetes, y nadie me explicó que el ciclo menstrual también afecta (y mucho) a la glucemia.
Spoiler: afecta.
Y no solo eso: hay al menos 42 factores que influyen en los niveles de azúcar. Los he ido aprendiendo todos con los años.
Es de locos. Así que, como en casi todo, hice lo que me dio la gana.
25 años con bomba y una curiosidad infinita
Llevo 25 años con bomba de insulina, y siempre he tenido cero miedo a probar.
Durante mucho tiempo comí menos hidratos de los que los médicos me mandaban, hasta que me puse mi primer sensor y vi, con mis propios ojos, la montaña rusa en la que vivía.
Las gráficas lo dejaron claro: aquello no era equilibrio, era supervivencia. Desde entonces sigo una alimentación low carb (con excepciones cuando me apetece).
Medio humana,
medio ciborg
Lo del ciborg no es una broma. Significa que vivo conectada a la tecnología que suple a mi páncreas: sensores, apps, cables, alarmas y bombas. Y antes de que existieran las bombas de asa cerrada, ya me había montado mi propio páncreas artificial do it yourself.
Y sí, a veces cansa y frustra… ¡Mucho! Pero no me ha parado nunca de vivir la vida que he querido.
He tenido cuatro hijos, partos naturales, lactancias prolongadas, he viajado por el mundo (con mochila incluida). He ocupado una posición ejecutiva exigente, con viajes de trabajo hasta Tailandia o Costa Rica, he emprendido mi propio proyecto…
Todo eso, con sensores, bombas y glucemias imprevisibles. Porque vivir con DT1 no significa renunciar a lo que eres, sino aprender a hacerlo de otra manera.
Mi misión
Hoy acompaño a niños y niñas con diabetes tipo 1 en excursiones y colonias, para que puedan disfrutar como los demás, sin miedo y con seguridad.
Formo a colegios e institutos para que entiendan cómo hacerlo posible y he creado la Membresía DT1 con calma, un espacio para familias con hij@s con diabetes tipo 1 que buscan apoyo real, claridad y tranquilidad en su día a día.
Soy experta en hábitos saludables y tengo una misión sencilla: que la diabetes deje de ser sinónimo de estrés. Que aprendamos a vivirla con calma, alegría y confianza. Porque sí, tener diabetes tipo 1 es heavy metal… pero también se puede bailar al ritmo que tú elijas.
Cada semana envío mi newsletter DT1 tal cual, con ideas que funcionan, recursos sencillos y alguna de mis historietas.
Todo lo que te puede ayudar a vivir la DT1 con un poco más de calma y sin estrés.
La frase genial de mi hija Mia
O cómo encontrar la motivación que te falta para seguir
Tengo 4 hijos geniales: Max, Linus, Nico y Mia.
Mia, cuando era más pequeña, no era precisamente fan de caminar.
Daba dos pasos y ya te pedía que la llevaras en brazos.
Lo de andar para estar fuerte y en forma como que no la motivaba mucho… todavía.
Hace un tiempo, Mia tendría unos 3 o 4 años y la llevaba en brazos.
Estábamos saliendo de casa, y para salir de casa hay una cuesta considerable antes de llegar a la calle.
Estaba yo resoplando, subiendo con la niña en brazos, concentrándome en mantener buena postura para no destrozarme la espalda. Te lo puedes imaginar (y si tienes hijos, sentir el peso y todo).
Le digo:
– Jo, Mia, ¡cómo cuesta esto!
Y me contesta:
– ¡Venga, mamá, valiente, tú puedes!
Además de hacerme reír mucho, me dio fuerza para acabar la cuesta con decisión.
A veces solo necesitas que alguien te recuerde que tú puedes.
Especialmente cuando vives con diabetes tipo 1 o acompañas a tu hij@ cada día. Porque hay días que cuestan y no solo por la glucosa.
Cuesta con:
- este mundo de locos que no para un segundo,
- la tecnología que falla justo cuando más la necesitas,
- la gente que no entiende lo que supone vivir con diabetes t1,
- las fiestas donde no hay ni una opción saludable,
- los días en los que haces todo bien… y aun así no sale,
- el cansancio de estar siempre pendiente de todo,
- y la preocupación constante por el futuro.
Y justo ahí es cuando más necesitas que alguien te diga: lo estás haciendo bien.
Que puedes parar, respirar… y seguir con calma.
Para eso escribo mi newsletter DT1 tal cual: cada semana, historias reales, ideas que ayudan y un recordatorio de que no estás sola y sí puedes.